Clínica Fermaz | Madrid

Tratamiento del dolor

TRATAMOS DOLORES AGUDOS DE PACIENTES CRÓNICOS

Patologías que se tratan en nuestra Clínica del Dolor de Madrid

Las cefaleas, que abarcan una variedad de tipos como las migrañas, cefaleas tensionales y cefaleas en racimo, se manifiestan como un dolor pulsátil o constante en la cabeza, a menudo acompañado de sensibilidad a la luz y al ruido. Estas molestias pueden presentarse de forma intermitente o crónica, interfiriendo con las actividades diarias y causando incomodidad significativa. La diversidad de tipos de cefaleas refleja la complejidad de esta condición y la necesidad de un enfoque individualizado en su tratamiento.

La neuralgia del trigémino es una afección dolorosa que afecta el nervio trigémino, que transmite sensaciones desde la cara al cerebro. Se caracteriza por episodios repentinos y severos de dolor facial, que pueden ser desencadenados por actividades simples como hablar, comer o incluso tocar la cara. Estos episodios de dolor pueden ser breves pero intensos, causando una sensación de choque eléctrico o quemazón en la región afectada. El tratamiento puede incluir medicamentos para controlar el dolor, terapias nerviosas, infiltración de neuromoduladores o, en casos graves, procedimientos quirúrgicos para descomprimir el nervio trigémino.

La migraña es un trastorno neurológico caracterizado por episodios recurrentes de dolor de cabeza intenso, a menudo acompañados de otros síntomas como náuseas, vómitos, sensibilidad a la luz y al sonido. Este dolor suele ser pulsátil y puede afectar un lado de la cabeza. Las causas exactas de la migraña no son completamente entendidas, pero se cree que implican cambios en el flujo sanguíneo cerebral y la actividad nerviosa. El tratamiento puede incluir medicamentos para aliviar el dolor y prevenir los episodios, así como la infiltración de neuromoduladores, cambios en el estilo de vida y técnicas de manejo del estrés.

La neuralgia occipital es una condición dolorosa que afecta los nervios occipitales, que se encuentran en la parte posterior del cuello y la cabeza. Se caracteriza por un dolor agudo y punzante en la región occipital, que puede extenderse hacia arriba hasta el cuero cabelludo. Este dolor puede ser intermitente o constante, y puede estar asociado con sensibilidad al tacto en el área afectada. El tratamiento suele incluir medicamentos para controlar el dolor, bloqueos nerviosos locales, radiofrecuencia del nervio y terapia física para aliviar la tensión muscular y mejorar la postura.

La ciática es una afección dolorosa causada por la irritación del nervio ciático, que resulta en dolor agudo que se irradia desde la espalda baja hasta la pierna. Este dolor a menudo se acompaña de entumecimiento y debilidad en la pierna afectada, lo que dificulta las actividades diarias. El tratamiento puede incluir reposo, medicamentos, infiltraciones, radiofrecuencia, terapia física, y en casos graves, intervenciones quirúrgicas.

El dolor asociado con la artritis se manifiesta como una sensación constante de molestia en las articulaciones afectadas, a menudo acompañada de hinchazón y enrojecimiento. Se experimenta como una incomodidad profunda y persistente, que limita la movilidad y puede empeorar con el movimiento. Este dolor articular, característico de la artritis, puede impactar significativamente en la funcionalidad y calidad de vida del individuo afectado.

El dolor por artrosis se caracteriza por una sensación persistente de malestar, que se intensifica con el movimiento de las articulaciones afectadas. Se experimenta como una incomodidad crónica, acompañada de rigidez y sensibilidad localizada en las zonas afectadas. Este dolor, que puede variar en intensidad, afecta significativamente la calidad de vida del paciente y su capacidad para realizar actividades cotidianas.

El dolor de rodilla es una molestia común que puede ser causada por lesiones, desgaste articular o condiciones médicas subyacentes. Para aliviar este malestar, se pueden realizar infiltraciones de corticosteroides, ácido hialurónico u otras sustancias para reducir la inflamación y proporcionar alivio. Además, la radiofrecuencia puede utilizarse para interrumpir las señales de dolor en los nervios afectados, ofreciendo alivio a largo plazo en algunos casos. Estas opciones pueden ser beneficiosas para aquellos que no responden adecuadamente a otros tratamientos conservadores.

La fascitis plantar es una afección dolorosa que afecta la planta del pie, específicamente la fascia plantar, un tejido conectivo que conecta el talón con los dedos. Se caracteriza por dolor agudo en el talón, especialmente al dar los primeros pasos por la mañana o después de períodos de inactividad. Esta condición suele ser el resultado de la tensión excesiva en la fascia plantar, causando inflamación y microdesgarros. El tratamiento suele incluir reposo, hielo, ejercicios de estiramiento, calzado adecuado y, en algunos casos, terapia física, infiltraciones, radiofercuencia o dispositivos ortopédicos para aliviar la presión sobre el talón.

El síndrome piramidal es una condición dolorosa que afecta al nervio ciático debido a la compresión o irritación del nervio en el área del músculo piramidal en la región glútea. Se caracteriza por dolor en la parte baja de la espalda, glúteos, cadera y pierna, que puede ser agudo o crónico. Este dolor a menudo se irradia hacia abajo a lo largo del recorrido del nervio ciático. El tratamiento puede incluir fisioterapia, ejercicios de estiramiento, medicamentos para aliviar el dolor, infiltraciones musculares y, en algunos casos, procedimientos de liberación del nervio para aliviar la compresión.

El dolor asociado con la artritis se manifiesta como una sensación constante de molestia en las articulaciones afectadas, a menudo acompañada de hinchazón y enrojecimiento. Se experimenta como una incomodidad profunda y persistente, que limita la movilidad y puede empeorar con el movimiento. Este dolor articular, característico de la artritis, puede impactar significativamente en la funcionalidad y calidad de vida del individuo afectado.

El dolor por artrosis se caracteriza por una sensación persistente de malestar, que se intensifica con el movimiento de las articulaciones afectadas. Se experimenta como una incomodidad crónica, acompañada de rigidez y sensibilidad localizada en las zonas afectadas. Este dolor, que puede variar en intensidad, afecta significativamente la calidad de vida del paciente y su capacidad para realizar actividades cotidianas.

El síndrome del codo de tenista, también conocido como epicondilitis lateral, se caracteriza por un dolor agudo en el lado externo del codo, especialmente al realizar movimientos de agarre o torsión. Esta condición puede presentarse como una molestia persistente que irradia desde el codo hacia el antebrazo, limitando la capacidad para realizar actividades cotidianas y afectando la calidad de vida del individuo. El tratamiento adecuado, que puede incluir reposo, terapia física y medidas antiinflamatorias, es fundamental para aliviar el malestar y promover la recuperación.

El síndrome del codo de golfista, o epicondilitis medial, es una condición dolorosa caracterizada por molestias en la parte interna del codo, especialmente al realizar movimientos de flexión o agarre. Este dolor puede ser agudo y persistente, limitando la capacidad para realizar actividades cotidianas que implican el uso del brazo afectado. El tratamiento suele incluir reposo, terapia física y medidas antiinflamatorias para aliviar el malestar y facilitar la recuperación.

El dolor de hombro es una queja frecuente que puede ser resultado de lesiones, degeneración articular o problemas estructurales subyacentes. Para su tratamiento, se pueden realizar infiltraciones de corticosteroides u otras sustancias directamente en la articulación afectada para reducir la inflamación y aliviar el malestar. Además, la radiofrecuencia puede ser una opción para interrumpir las señales de dolor en los nervios periféricos del hombro, ofreciendo alivio a largo plazo en ciertos casos. Estas técnicas pueden ser consideradas cuando otros enfoques de tratamiento no proporcionan el alivio adecuado.

El síndrome del túnel carpiano es una afección dolorosa que afecta el nervio mediano en la muñeca. Se caracteriza por síntomas como dolor, entumecimiento, hormigueo y debilidad en la mano y los dedos, especialmente en el pulgar, el índice y el medio. Estos síntomas suelen empeorar durante la noche o al realizar actividades que involucran movimientos repetitivos de la mano y la muñeca. El tratamiento puede incluir reposo, uso de férulas de muñeca, medicamentos antiinflamatorios, infiltración de neuromoduladores, radiofrecuencia, terapia física y, en casos graves, cirugía para aliviar la presión sobre el nervio.

El síndrome de Quervain es una condición dolorosa que afecta los tendones en la base del pulgar, causando dolor e inflamación en la muñeca y el pulgar. Se caracteriza por dolor al realizar movimientos de agarre o torcer la muñeca, así como hinchazón y sensibilidad en la base del pulgar. Este dolor puede ser agudo o sordo y puede interferir con las actividades diarias que implican el uso de la mano y la muñeca. El tratamiento puede incluir reposo, inmovilización con una férula, aplicación de hielo, medicamentos antiinflamatorios, infiltraciones y, en casos graves, cirugía para aliviar la presión sobre los tendones afectados.

La hernia discal es una afección dolorosa que ocurre cuando el núcleo gelatinoso de un disco intervertebral se hernia a través de su revestimiento externo, ejerciendo presión sobre los nervios espinales circundantes. Esto puede provocar dolor agudo en la espalda baja o el cuello, así como síntomas que irradian hacia las extremidades, como entumecimiento, hormigueo o debilidad. El tratamiento puede incluir reposo, medicamentos antiinflamatorios, infiltraciones, radiofrecuencia terapia física y, en casos graves, procedimientos quirúrgicos para aliviar la presión sobre los nervios afectados y restaurar la función espinal.

El dolor neuropático es una condición dolorosa crónica que resulta del daño o mal funcionamiento del sistema nervioso periférico o central. Se manifiesta como una sensación anormal de dolor, hormigueo, quemazón o pinchazos, que pueden ser constantes o intermitentes. Este tipo de dolor puede ser debilitante y afectar negativamente la calidad de vida, interfiriendo con actividades diarias y el sueño. El tratamiento del dolor neuropático a menudo implica una combinación de medicamentos, terapia física y técnicas de manejo del dolor para controlar los síntomas y mejorar la función nerviosa.

El dolor postoperatorio, además de ser tratado con medicamentos y terapia física, puede abordarse mediante intervencionismos poco invasivos. Estas técnicas, como los bloqueos nerviosos o la estimulación eléctrica, pueden ayudar a controlar el dolor de manera efectiva y promover una recuperación más rápida y cómoda para el paciente.

El dolor oncológico es el malestar asociado al cáncer y sus tratamientos, variando en intensidad y ubicación. Se trata con medicamentos, radioterapia, quimioterapia y terapias complementarias para aliviar el malestar y mejorar la calidad de vida del paciente. En casos avanzados, se pueden considerar intervencionismos para proporcionar alivio adicional. Un enfoque integral del tratamiento del dolor es crucial para brindar apoyo efectivo a los pacientes con cáncer.

La neuropatía diabética es una complicación común de la diabetes que afecta los nervios periféricos del cuerpo. Se caracteriza por síntomas como entumecimiento, hormigueo, dolor y debilidad en las extremidades, especialmente en los pies y las piernas. Esta condición puede causar molestias crónicas y afectar la sensibilidad y la función motora. El tratamiento suele incluir el control adecuado de la glucemia, medicamentos para aliviar el dolor y terapias para mejorar la función nerviosa como radiofrecuencia, infiltración de neuromoduladores o terapias locales.

La neuralgia postherpética es un tipo de dolor crónico que puede desarrollarse como una complicación del herpes zóster, una infección viral que afecta los nervios. Se caracteriza por un dolor persistente y ardiente en el área donde ocurrió el brote de herpes zóster, que puede durar meses o incluso años después de la erupción cutánea. Este dolor puede ser debilitante y afectar la calidad de vida del paciente. El tratamiento suele incluir medicamentos para controlar el dolor, como anticonvulsivos o antidepresivos, así como terapias para aliviar los síntomas y mejorar la función nerviosa como radiofrecuencia o infiltración de neuromoduladores.

El síndrome miofascial es una afección dolorosa caracterizada por puntos gatillo sensibles en los músculos, que pueden causar dolor referido en otras áreas del cuerpo. Se manifiesta como dolor localizado en los músculos afectados, que puede ser agudo, punzante o ardiente. Este dolor puede ser intermitente o crónico y puede limitar la movilidad y la función muscular. El tratamiento puede incluir terapia de masajes, liberación miofascial, ejercicios de estiramiento, terapia física, medicamentos para aliviar el dolor y reducir la inflamación o infiltraciones musculares.

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TRATAMIENTO DEL DOLOR EN MADRID

Tratamientos contra el dolor en Clínica Fermaz

La ablación nerviosa es un procedimiento para tratar el dolor crónico mediante la aplicación de calor controlado a un nervio específico utilizando radiofrecuencia. Este calor daña selectivamente las fibras nerviosas responsables del dolor, interrumpiendo temporalmente su capacidad para enviar señales de dolor al cerebro. Puede proporcionar alivio del dolor durante meses o años y se realiza bajo la supervisión de un médico especialista en manejo del dolor.

Los bloqueos nerviosos son procedimientos para tratar el dolor crónico mediante la inyección de anestesia local o esteroides cerca de un nervio específico. Esta inyección bloquea temporalmente la transmisión de señales de dolor a lo largo del nervio, proporcionando alivio del dolor en la zona afectada. Los bloqueos nerviosos pueden ser útiles para condiciones como la neuralgia, la ciática o el dolor de espalda. Se realizan bajo la supervisión de un médico especialista en manejo del dolor y pueden proporcionar alivio a corto o largo plazo, dependiendo de la condición del paciente.

Los bloqueos simpáticos son procedimientos utilizados para tratar el dolor crónico al bloquear la actividad de los nervios simpáticos, que están involucrados en la transmisión de señales de dolor. Durante el procedimiento, se inyecta anestesia local o medicamentos cerca de los ganglios simpáticos, interrumpiendo temporalmente la señal de dolor que se transmite a través de estos nervios. Esto puede proporcionar alivio del dolor en áreas específicas del cuerpo, como las extremidades o el abdomen. Los bloqueos simpáticos se realizan bajo la supervisión de un médico especialista en manejo del dolor y pueden proporcionar alivio a corto o largo plazo, dependiendo de la condición del paciente y la causa subyacente del dolor.

El bloqueo del ganglio estrellado es un procedimiento utilizado para tratar el dolor crónico en la parte superior del cuerpo, como el dolor en el brazo, el hombro o la cara. Durante el procedimiento, se inyecta anestesia local o medicamentos cerca del ganglio estrellado, una estructura nerviosa ubicada en la base del cuello. Esta inyección bloquea temporalmente la transmisión de señales de dolor a través de los nervios simpáticos que pasan por el ganglio estrellado. Como resultado, puede proporcionar alivio del dolor en el área afectada. El bloqueo del ganglio estrellado se realiza bajo la supervisión de un médico especialista en manejo del dolor y puede proporcionar alivio a corto o largo plazo, dependiendo de la condición del paciente y la causa subyacente del dolor.

La inyección de puntos gatillo es un procedimiento para tratar el dolor crónico causado por puntos gatillo miofasciales, que son áreas dolorosas y tensas en los músculos. Durante el procedimiento, se inyecta anestesia local o medicamentos directamente en el punto gatillo para aliviar la tensión muscular y reducir el dolor. Estas inyecciones pueden ayudar a desactivar los puntos gatillo y mejorar la función muscular en la zona afectada. La inyección de puntos gatillo se realiza bajo la supervisión de un médico especialista en manejo del dolor y puede proporcionar alivio a corto plazo, aunque en algunos casos puede ser necesario repetir el procedimiento para obtener resultados óptimos.

Las infiltraciones articulares son procedimientos utilizados para tratar el dolor crónico asociado con afecciones como la artritis o la lesión articular. Durante el procedimiento, se inyecta una combinación de anestesia local y corticosteroides directamente en la articulación afectada. Esta inyección ayuda a reducir la inflamación y aliviar el dolor alrededor de la articulación. Las infiltraciones articulares pueden mejorar la movilidad y la función articular, proporcionando alivio a corto o medio plazo, dependiendo de la condición del paciente y la causa subyacente del dolor. Se realizan bajo la supervisión de un médico especialista en manejo del dolor y pueden ser parte de un plan de tratamiento más amplio para mejorar la calidad de vida del paciente.

La infiltración de ácido hialurónico es un procedimiento utilizado para tratar el dolor crónico asociado con la osteoartritis de las articulaciones, como la rodilla o la cadera. Durante el procedimiento, se inyecta ácido hialurónico, una sustancia que se encuentra de forma natural en el líquido sinovial de las articulaciones, directamente en la articulación afectada. Esta infiltración ayuda a lubricar la articulación, amortiguar y reducir la fricción entre los huesos, aliviando así el dolor y mejorando la movilidad. La infiltración de ácido hialurónico puede proporcionar alivio del dolor a largo plazo y mejorar la función articular en pacientes con osteoartritis. Se realiza bajo la supervisión de un médico especialista en manejo del dolor y puede ser parte de un plan de tratamiento integral para la osteoartritis.

La infiltración de neuromoduladores es un procedimiento utilizado para tratar el dolor crónico al administrar agentes neuromoduladores directamente en los puntos de dolor o áreas específicas del cuerpo. Estos neuromoduladores actúan bloqueando la liberación de neurotransmisores responsables de transmitir señales de dolor y reduciendo la actividad muscular en la zona afectada. Como resultado, se puede experimentar un alivio del dolor y una mejora en la función muscular. La infiltración de neuromoduladores puede ser beneficiosa en condiciones como la migraña crónica, la espasticidad muscular o el dolor miofascial. Se realiza bajo la supervisión de un médico especialista en manejo del dolor y puede proporcionar alivio a largo plazo en algunos casos.

La infiltración epidural es un procedimiento utilizado para tratar el dolor crónico en la espalda baja o el cuello al administrar medicamentos directamente en el espacio epidural alrededor de la médula espinal y los nervios espinales. Durante el procedimiento, se utiliza fluoroscopia o guía por ultrasonido para ubicar con precisión el espacio epidural. Luego, se inyecta una combinación de anestesia local y esteroides en el área afectada para reducir la inflamación y aliviar el dolor. Esta infiltración puede proporcionar alivio del dolor en condiciones como la hernia de disco, la estenosis espinal o la radiculopatía. La infiltración epidural se realiza bajo la supervisión de un médico especialista en manejo del dolor y puede proporcionar alivio a corto o medio plazo, aunque en algunos casos puede ser necesaria una serie de infiltraciones para obtener resultados óptimos.

La liberación miofascial mediante infiltraciones implica la aplicación de anestesia local y medicamentos directamente en los puntos gatillo miofasciales para aliviar la tensión muscular y reducir el dolor crónico. Estas infiltraciones desactivan los puntos gatillo, disminuyen la inflamación y mejoran la circulación sanguínea, lo que puede proporcionar alivio del dolor a corto o medio plazo. Se realizan bajo la supervisión de un médico especialista en manejo del dolor y pueden requerir múltiples sesiones para obtener resultados óptimos.

La radiofrecuencia es un procedimiento para tratar el dolor crónico al aplicar calor controlado a los nervios afectados, bloqueando la transmisión de señales de dolor. Se guía una aguja especial cerca de los nervios y se aplica energía de radiofrecuencia para desactivarlos. Puede proporcionar alivio a largo plazo en condiciones como la artritis facetaria o la neuralgia del trigémino. Se realiza bajo la supervisión de un médico especialista en manejo del dolor y puede requerir repetición periódica.

La radiofrecuencia facetaria es un procedimiento utilizado para tratar el dolor crónico en la columna vertebral, específicamente en las articulaciones facetarias. Durante el procedimiento, se guía una aguja cerca de las articulaciones facetarias bajo la guía de fluoroscopia o ultrasonido. Una vez en posición, se aplica energía de radiofrecuencia para calentar los nervios que transmiten señales de dolor desde estas articulaciones. Este calor controlado desactiva temporalmente los nervios, bloqueando la transmisión del dolor y proporcionando alivio a largo plazo. La radiofrecuencia facetaria es útil para afecciones como la artritis facetaria o la enfermedad degenerativa del disco. Se realiza bajo la supervisión de un médico especialista en manejo del dolor y puede requerir repetición periódica para mantener el alivio del dolor.

La radiofrecuencia de nervio periférico es un procedimiento utilizado para tratar el dolor crónico al aplicar calor controlado a los nervios que transmiten señales de dolor desde áreas periféricas del cuerpo, como los brazos, las piernas o los pies. Durante el procedimiento, se guía una aguja cerca del nervio periférico afectado utilizando fluoroscopia o ultrasonido. Una vez en posición, se aplica energía de radiofrecuencia para calentar y desactivar selectivamente los nervios responsables del dolor. Esto interrumpe la transmisión de las señales de dolor al cerebro, proporcionando alivio a largo plazo en condiciones como la neuropatía periférica o el síndrome del túnel carpiano. La radiofrecuencia de nervio periférico se realiza bajo la supervisión de un médico especialista en manejo del dolor y puede requerir repetición periódica del procedimiento para mantener el alivio del dolor.

El tratamiento farmacológico del dolor crónico implica el uso de diferentes clases de medicamentos para aliviar el malestar y mejorar la calidad de vida del paciente. Estos fármacos incluyen analgésicos, opioides, antidepresivos, anticonvulsivantes y relajantes musculares. La elección del medicamento depende del tipo y la gravedad del dolor, así como de las condiciones médicas subyacentes del paciente. El tratamiento farmacológico debe ser supervisado por un médico para asegurar su eficacia y minimizar los efectos secundarios. Además, puede combinarse con otras terapias para obtener mejores resultados a largo plazo.

La terapia de la articulación sacroiliaca es un procedimiento utilizado para tratar el dolor crónico en la región lumbar y glútea al bloquear la transmisión de señales de dolor a lo largo de la articulación sacroiliaca. Durante el procedimiento, se administra anestesia local o medicamentos directamente en la articulación sacroiliaca para reducir la inflamación y aliviar el dolor. Esta terapia puede ser beneficiosa en afecciones como la artritis sacroiliaca o la disfunción de la articulación sacroiliaca. Se realiza bajo la supervisión de un médico especialista en manejo del dolor y puede proporcionar alivio a corto o medio plazo, dependiendo de la causa subyacente del dolor y la respuesta individual del paciente.

La terapia para la bursitis implica una combinación de enfoques que incluyen reposo, aplicación de hielo o calor, medicamentos antiinflamatorios, fisioterapia y, en algunos casos, inyecciones de corticosteroides o cirugía para aliviar el dolor y la inflamación en las bursas inflamadas. El tratamiento específico depende de la gravedad y la causa subyacente de la bursitis, y debe ser supervisado por un médico.

La terapia regenerativa ofrece una variedad de beneficios y aplicaciones para el tratamiento del dolor en una unidad de dolor. Este enfoque se centra en aprovechar las capacidades de regeneración natural del cuerpo para promover la curación y aliviar el malestar. Los beneficios incluyen la capacidad de reducir la inflamación, reparar tejidos dañados, mejorar la función articular y disminuir el dolor crónico. La terapia regenerativa se utiliza para tratar una amplia gama de condiciones dolorosas, como lesiones deportivas, osteoartritis, tendinitis, lesiones del tejido blando y degeneración articular. Este enfoque terapéutico puede implicar el uso de factores antiinflamatorios, factores de crecimiento y otras técnicas para estimular la regeneración y la reparación de tejidos. Es importante tener en cuenta que la efectividad de la terapia regenerativa puede variar según la condición del paciente y la gravedad de la lesión, y se recomienda su uso bajo la supervisión de un médico especializado en manejo del dolor.

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Su consulta será con el Dr. Maiza, médico Licenciado por la Universidad Autónoma de Madrid y especialista en Anestesiología por el Hospital Universitario Doctor Peset de Valencia. .

Está especializado a través de la Sociedad Española de Dolor, y valora y trata a sus pacientes de forma multidisciplinar en nuestra de Madrid.